martes, 8 de diciembre de 2009

Las mil y una vidas.

Durante años hemos envidiado a esos felinos domésticos por su existencia , que tal la creencia popular, se extiende a lo largo de 7 vidas.
Así, pues, veíamos en esas tristemente célebres 7 vidas de los gatos, el máximo de nuestros sueños ante el deseo de la posible prolongación existencial.
Digo tristemente célebres porque, como es costumbre, caemos en la cuenta de la existencia de esas 7 vidas gatunas, cuando llegamos al punto de la supresión de una de ellas por algún que otro “accidente” domestico.
Pero para sorpresa de muchos (o mía al menos) el verdadero leitmotiv de nuestras vidas, deja su real reflejo en otros particulares y no en el lugar en que estábamos acostumbrados a imaginarlo.
Hoy, una de las verdades màs celosamente guardadas se nos ha sido revelada casi por descuido (o por quién sabe qué cosa del destino).
Hoy otro mito popular se desploma hasta las catacumbas por el empuje y la insistencia del iluminismo mediàtico vanguardista.
Hoy, para sorpresa mìa (o de muchos, quien sabe), las gloriosas 7 vidas gatunas viajan a ocupar un oscuro lugar secundario en el inviolable arcòn de los mitos olvidados, para descansar hasta la muerte, lenta pero inevitable.
Hoy descubrimos esperanzados ante los dichos de una eminente conductora televisiva, que la más extensa prolongación existencial está reservada a la impoluta civilización mediática.
“Nos matan todos los días” dijo la “su”, la eminente conductora en cuestión, o lo que es lo mismo, “tenemos mil y una vidas”.
¡Sabias palabras reveladoras!
Ante tamañas declaraciones de la musa de la señora verdad, no podía sino, la divina providencia mediática, màs que reproducir hasta el último recodo de nuestro culturoso país, tan sabias palabras edificantes y esperanzadoras, traspasando uno a uno los obstáculos reconocidamente imprudentes y barbàricos del siempre negramente presente aluvión zoológico.
Y así y todo, cuantos más obstáculos nos pongan por delante, más gozaremos el destruirlos, y cuanto más nos maten, más fuertes nos haremos.
Tenemos mil y una vidas por delante. ¿Cuántas tienen los otros?

•Por εἰρωνείa (eironeia).